Constanza.- A pesar de tener 90 años y situaciones de pobreza muy latentes que cercenan su vida, la señora Pascuala Díaz con gran ímpetu narra su triste situación. Vive con sus dos hijos, una no vidente y el otro que dejó el trabajo para cuidarlas a ambas. Su casita de madera vieja se está cayendo, la mayoría de los días no tienen para comer
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